A vueltas con la edad

Familia, personas de diferentes edades delinean el estilo

Seguimos entre máscarillas sí, mascarillas no, cuando ya tenemos aquí otro verano esperándonos. Playa, sol y… ¿fiesta?

Me ha llamado la atención en esto de las fiestas la edad de las personas que se dice disfrutan más… Esa edad en la que si ya te queda lejos, parece que estás fuera de la onda de esa diversión que sólo los más jóvenes saben hacerlo.

Ese «derecho» que se le concede porque sí, porque «somos jóvenes y tenemos que disfrutar y pasárnolo bien». Oigan, todo el mundo tiene ese mismo derecho, haya nacido en el año que haya nacido.

Y lo que más me preocupa es que, no sólo ellos mismos se lo creen, sino también esa otra parte de la sociedad que está de acuerdo y no es capaz de decirles que, sí, tienen toda la razón del mundo, pero… Tal vez no sea el momento ni la ocasión para hacer la mejor fiesta de tu vida. Que si el año ha sido largo, lo ha sido para todos, desde los que han nacido y apenas han visto sonrisas, hasta esos mayores que ya se ha dejado de hablar de ellos, y muchos ni contarlo podrán.

Si nos les damos esa capacidad de poder «pensar» en los demás y no sólo en «uno mismo», mal vamos señoras y señores.

Lo siento, sigue sin gustarme mirar hacia delante simplemente, o hacia abajo, que está muy de moda; hay veces que en una mirada hacia los lados, se ven cosas sorprendentes.

Y… seguimos

Al menos, y de momento, podemos contarlo. Esta situación, ya vamos por la «tercera ola», que no damos por finalizada y seguimos sin aprender nada.

Me he cansado de escucharles, y sólo a veces, oigo algo y me sigo asustando y sigo sin creerles. ¿Cómo confiar en alguien que me ha tomado por tonta? ¿Cómo fiarme de quién piense que no tengo capacidad de pensamiento?

Ahora puedes salir, ahora tienes que quedarte en casa; luego puedes programar las vacaciones, salvar la Navidad… para luego volver atrás…

Lo trágico es que estamos hablando de vidas humanas, en un mundo en el que quizás ya la humanidad importa tan poco, también es cierto. Un mundo individualista en el que lo que tú hagas me influye a mi… Difícil interpretarlo, cuando lo que nos vienen enseñando es justamente lo contrario.

Si ya mirábamos poco a nuestro alrededor, ¿qué pasará a partir de ahora?

«Veo humanos, pero no veo humanidad».

El Principito

Navidad, dulce Navidad

Christmas, Christmas Tree, Ornament

“La alegría de este día hay que celebrar”. Así dice la canción… Y todas (las personas), debemos estar alegres y contentas. Oh, Navidad, blanca Navidad…

Qué júbilo, qué entusiasmo, qué felicidad… Después de todos estos meses en los que todavía ni podemos volver la vista atrás porque esto no ha finalizado.

No es una broma, es la realidad. Una realidad en datos que nos han inundado sin poder hacer nada. Siempre por detrás de una curva cuyos números siguen manipulando como les da la gana.

Al final nos dejan “celebrar”, que es lo que saben que queremos, o tal vez no. ¿Cuántas personas en la mesa? 4, 5, 7… Puro cachondeo, disculpen por la palabra.

En un país en el que cierran antes colegios que bares y cafeterías, ¿qué quieren que les cuente? Piensen por ustedes mismas.

“No desees conocer las opiniones de los demás, ni basar tu intención en eso. Pensar independientemente por ti mismo es un signo de valentía”.

Mahatma Gandhi.

Coherencia

Colectivo, Hexágono, Grupo, Conocer

Estos días seguimos con nuevas situaciones y, sólo tal vez, lo mismo de siempre.

Me estoy dando cuenta que apenas ya nadie dice la verdad; unos hablan según les va y los otros según ganen o pierdan, es decir, según les convenga. Hoy digo esto y mañana lo otro. Triste situación, al fin y al cabo, la que nos ha tocado vivir.

Sí, el otro día un profesor universitario, al que me gusta escuchar, una de las pocas personas que hoy en día dicen, quizás, lo que piensa.

Y pedía que de una u otra forma se obrase con «coherencia». Hermosa palabra, difícil acción.

» Abre tus brazos al cambio, pero no dejes ir tus valores». Dalay Lama

Lo siento…

Pluma, Escribir, Lo Siento, Disculpa

Han pasado ya unas semanas y todavía me siguen llamando la atención demasiadas cosas. Tal vez sea bueno y quiera decir que aquí sigo pensando.

A vueltas todavía con las mascarillas sí, mascarillas no. Guantes sí, guantes no. A lo largo de todo este tiempo, ¿no se ha aprendido nada? Me temo que no, y si volviera a pasar, quizás cometiésemos los mismos errores.

¡Qué tristeza me produce sólo pensarlo! Sobre todo por aquellas personas que se han ido. Demasiadas personas sacrificadas en estas semanas que no han podido ni siquiera despedirse, y todavía sigue…

¿Saben? No he podido salir a aplaudir al balcón, como tantas veces he visto. Ni siquiera el último aplauso. Lo he intentado, pero mis manos no se han juntado para aplaudir. Lo siento. Demasiadas personas muertas.

 

 

No me engañen, por favor

Confinado, Mono, Jaula, Animales, Cárcel

Confinada estoy y cada vez oigo más de lo que escucho… Cansada estoy de datos, números y demás. Pocas soluciones al respecto y todas recomendaciones que no se sabe si positivas o no.

Creo que se ha empezado demasiado tarde con ésto, cuando no hace ni siquiera un mes nos decían que no teníamos ninguna amenaza.

¿Acaso tengo que creerme entonces ahora algo de aquellas personas, algunas con puestos de «expertas», que hace tres semanas  me decían que fuese a donde quisiese?

Ahora, estar en casa y no salir, excepto para esas causas justificadas que nos proponen, cada vez menos, eso sí. Pero y cuando salgo, que garantías me dan? No tengo problema al salir y volver a casa? Ah… que a la ciudadanía en general no nos hacen falta mascarillas ni guantes, ni para trabajar ni para el supermercado a comprar los alimentos esenciales, por supuesto.

Leo que este lunes en Austria se obligará a llevar mascarillas a las tiendas. Aquí en España nos dicen que podrían ser contraproducentes por no saber usarlas, con eso de tocarlas y demás. Tampoco guantes, para qué? Si nos tocamos la cara con ellos… Mejor con las manos tal cual, nos las lavamos y más barato sale.

Nos estarán tomando por tontos?

Queridos Reyes Magos…

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Hoy es vuestra noche mágica, noche en la que repartiréis ilusiones, caprichos y también muchos regalos.

He pasado ya de esa edad en la que se piden demasiados obsequios, y lo material poco me importa ya. Por eso, seré breve y concisa, como de costumbre; no querría que perdiesen demasiado tiempo en atender mi súplica.

Déjenme pedirles sólo una cosa, y es que ninguna niña ni ningún niño se quede sin regalo.

Confío en vosotros, como cada año, para que mi esperanza sea también cumplida, y disculpen mi atrevimiento

 

Mi bandera es el mundo

manos mundo

No me gusta encerrarme, porque sería mirarme hacia mí misma, y justamente eso es lo que no soporto, cuando hay tantas personas alrededor que merecen ser miradas.

Casi sin darme cuenta, me he visto en una sociedad en la que no me reconozco. Me pregunto dónde he estado, hacia dónde he mirado y lo que he estado pensando.

Aquí sigo, sí… Mirando hacia todos lados, mientras mis ojos me permitan ver, y sintiendo, mientras mi corazón no deje de latir.

Os invito a escuchar una preciosa canción de Pablo López junto con Juanes.  Disfrútenla.

«Tus manos son mi bandera… y tengo de frontera una canción.»

 

Otoño

Maple Leaf, Fall, Leave, Autumn, Vein

Otoño. Estación de la caída de las hojas. De color amarillo, que dicen es el color de la alegría, como si la alegría no estuviera presente en todos los colores. Incoherencias de la vida.

¡Color! ¡Qué lenguaje profundo y misterioso, el lenguaje de los sueños.                                          Paul Gauguin, pintor (1888 – 1903)

¿Hasta cuándo?


El año pasado, 53 mujeres han sido asesinadas en España por sus parejas… Se dice rápido, pero toca a más de cuatro mujeres por cada mes.

En la mayoría de los casos, conocemos la consecuencia del desenlace, pero desconocemos por completo el origen. ¿Por qué se ha llegado a esta hecatombe?

Todas las medidas para evitar este estrago en la sociedad serán bienvenidas, y toda detección será poca si detrás no hay una verdadera prevención.

Confiar en que la sociedad vaya a detectar tal desgracia, discúlpenme, pero me parece una quimera. Estamos hablando de realidad, señoras y señores, que no de ficción.

No descubramos la fatalidad; por favor, anticipémonos a ella. 

Que… ¿Cómo? Pues con anteojeras no, por supuesto.

Más de 700 mujeres muertas por violencia de género desde que la legislación española aprobara una ley, precisamente, para protegerlas, allá por el 2004.