La nueva cultura del trabajo

Face, Cartoon, Finger, Smiley, MouthTiene gracia la cosa. En verdad, todo lo que venga de la Ministra de «Trabajo» es para echarse a reír, que para llorar nos sobran con las desgracias que tenemos con sólo abrir los ojos. Pero, eso sí, hay que abrirlos y mirar, que no llega con sólo ver.

Resulta que ahora, debemos asumir una nueva cultura del trabajo.

El jefe es el líder y debes hacer todo lo que te ordene. No escatimes esfuerzos, por favor, en hablar de categorías, tareas, salarios, responsabilidades… No… Lo que te ordene y punto.

No pongas quejas a las horas que trabajes de más, de hecho, las horas extraordinarias se han quedado solas con su nombre. Según datos del INE, las horas extraordinarias «pagadas» registran un mínimo histórico en España.

Sólo faltaría que se registrasen máximos, con la cantidad de desempleados que existen.

Y, sobre todo, no te creas que tus superiores cuentan contigo. Sólo se están beneficiando de tu buen momento. Cuando no les sirvas, no tendrán inconveniente en dejarte de patitas en la calle. Y si puede ser con lo puesto, mejor que mejor. De esto se encarga el Gobierno con cada reforma laboral.

Y es que el empresario español lo está pasando muy mal. Él no quiere despedir a nadie. Daños colaterales de la crisis. Los beneficios no son lo que eran y su ritmo de vida no puede retroceder. Su responsabilidad en la conservación de puestos de trabajo es nula.

Esta es la nueva cultura del trabajo. O eso dicen…

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Y al final….. se paralizó el Gaiás

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Incongruente desde el principio. Desde el comienzo de sus obras en el 2001.

Han tenido que pasar 12 años, y ahora nos dicen que para Santiago no es prioritario hacer un nuevo edificio para el arte o para la música.

Yo me pregunto si realmente sabrían para lo que iba a ser. Y lo que me está llamando la atención son los miles de euros que se han gastado y los millones que se van a gastar en indemnizaciones por paralizar dichas obras.

«Donde hay patrón, no manda marinero».

Indignada

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Así es como me siento al enterarme de las indemnizaciones que están cobrando los directivos que salen de una empresa en plena crisis.

Trabajadores despedidos y ellos con los bolsillos llenos. Incomprensible.

Realmente la empresa está en crisis o ¿quieren hacernos ver que si seguimos trabajando se van a la bancarrota?

Sobre sus sueldos millonarios nadie dice nada. Los que sobramos somos los trabajadores…. Curioso.

Ahora me viene a la cabeza el famoso relato de los remeros. Que lo disfrutéis!

El cuento del remero

Cuentan las crónicas que hace unos años se celebró una competición de remo entre dos equipos. Uno compuesto por trabajadores de una importante empresa de telemarketing española y el otro por sus colegas de una empresa similar japonesa.

Se dió la salida y los remeros japoneses se empezaron a destacar desde el primer momento. Llegaron a la meta y el equipo español lo hizo con una hora de retraso sobre los nipones.

De vuelta a casa, la Dirección se reunió para analizar las causas de tan bochornosa actuación, llegando a la siguiente conclusión:

«Se ha podido detectar que en el equipo japonés había un jefe de equipo y diez remeros, mientras que en el español habían dos remeros, ocho jefes de servicio y un jefe de sección por lo que, para el próximo año, se tomarán las medidas adecuadas.»

En la siguiente competición, se dio de nuevo la salida y nuevamente el equipo japonés se empieza a distanciar desde la primera remada. El equipo español llegó esta vez con dos horas y media de retraso sobre el equipo nipón.

La dirección que se volvió a reunir después del sonado rapapolvos para estudiar lo acaecido, vio que ese año el equipo japonés se compuso nuevamente de un jefe de equipo y diez remeros, mientras que el español, tras las eficaces medidas adoptadas el año anterior, se compuso de un jefe de servicio, dos asesores de gerencia, siete jefes de sección y un remero. Por lo que tras un minucioso análisis, se llegó a la conclusión de que «EL REMERO ES UN INCOMPETENTE».

En la siguiente carrera, como no podía ser diferente, el equipo japonés se escapó nada más darse la salida. La trainera española, que ese año se había encargado al Departamento de Desarrollo, llegó con cuatro horas de retraso.

Tras la regata y a fin de evaluar los resultados, se celebró una reunión de la Comisión Directiva de RR.HH., encabezada, para variar, por un tal «zupermassters» en la cuarta planta del edificio de Servicios Centrales Multinacionales, llegándose a la siguiente conclusión:

«Este año el equipo nipón optó una vez más por una tripulación tradicional, formada por un jefe de equipo y diez remeros. El equipo español, tras una completa auditoría externa y el asesoramiento especial del Departamento de Informática, optó por una formación mucho más vanguardista, compuesta por un jefe de servicio, tres jefes de sección con plus de productividad, dos auditores externos de una empresa de renombrada solvencia y cuatro vigilantes jurados que no quitaban el ojo al único remero, al que habían amonestado y castigado quitándole todos los pluses e incentivos por el fracaso de los años anteriores.»

Tras varias horas de reuniones, se acordó que en la siguiente regata, el remero sería subcontratado a una empresa externa, ya que a partir de la vigésimo quinta milla marina, se había podido observar cierta dejadez en el remero de plantilla, llegando a rozar el pasotismo en la línea de meta…