Porque te lo mereces. Porque siempre has tenido tiempo para nosotros. Porque nunca te parece mal nada. Porque eres comprensiva. Porque siempre nos has deseado lo mejor. Porque nos has dado lo que tienes. Porque eres nuestra mejor amiga. Porque si nos ves felices, tú también lo estás.
Porque sabemos que tu vida no ha sido fácil. Que gracias a tu esfuerzo y tesón te has levantado muchas veces, y nos has enseñado a levantarnos.
Contigo hemos aprendido la humildad. Nadie es más que nadie.
Hemos aprendido la perseverancia. Poco a poco y con trabajo conseguiremos lo que queremos.
Hemos aprendido el respeto. A tratar a todas las personas por igual, y no por lo que tienen o son.
Hemos aprendido que no sirve de nada discutir. Con buenas palabras todo se arregla.
Muchas gracias.
Multitud de veces no te hemos comprendido. No entendíamos que tuvieras esa consideración con personas que no la tenían contigo. Esas buenas palabras con todo el mundo. Ese querer hacer todo cuando nosotros no lo creíamos oportuno.
No supimos reconocer tu soledad en determinados momentos. Y sabemos que la has sufrido.
Por todo ello, perdónanos.
Y muchas gracias por ayudarnos cada día a ser mejor persona. Porque nos queda mucho camino por aprender y seguir caminando juntos.
Felicidades, mamá.