En su bar, los señores diputados pueden permitirse «beber» y «comer» a un precio inferior que el resto de los ciudadanos de este país.
Vino y cerveza a precios de ganga. Desayunos y menús más económicos que los que tiene que pagar cualquier ciudadano.
En un país en plena crisis económica, con incesantes recortes en gastos sociales, la cantidad que el Congreso aporta este año a su servicio de restauración asciende a cerca de un millón de euros.
Por cierto, ¿se imaginan ustedes la máquina del café en los centros de trabajo, vendiendo, además de refrescos, «gin-tonic»?
«Lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra.» Simone de Beauvoir (1908 – 1986. Novelista y filósofa francesa.)
Buenos días, si es cierto nos acostumbramos al escándolo bueno y a todo somos animales de costumbres,
En este país siempre han habido clases y ahora todavía más
Besos me voy volando ajaja
Hola Gaviota. Eso es lo peor. Llevamos toda la vida luchando para la igualdad y ahora nos vienen con las clases a más…. País…. Un abrazo!
Ea, po pogno otra gopita, doble, eh…
Así debe ser cómo solucionan los problemas… Hip!
Ahora ya sé dicen esas burradas en el Congreso. Se van al bar a beber los gin-tonic y luego no controlan lo que dicen…..
Y mientras nos dicen que el país se va arreglando, pero sólo en sus cabezas 😦